sábado, 26 de febrero de 2011

COMENTARIOS Y CRITICAS




La pintura de Nubia Lamilla se interesa por lo cotidiano
La pintora Nubia Lamilla colgará su exposición individual “Abriendo Puertas” en el Museo de Arte Contemporaneo del Huila del edificio de la Biblioteca Departamental, el próximo 21 de septiembre. Leer más


Benhur Sánchez Suárez. 1981

“Dos cosas me sorprendieron gratamente cuando hace dos años tuve la oportunidad de apreciar la exposición de NUBIA LAMILLA en la sala de la Biblioteca Luis Ángel Arango (marzo de 1979): por un lado la dicotomía que suponía el título de la colección presentada, ABSTRACCIÓN HIPERREALISTA, me llevó a estudiar de cerca su significado y sus alcances, tuve que admitir que el propósito de su autora se lograba plenamente. Reducía su postulado a un grado de convencimiento tal que tuve que aceptar que cosas como estas se pueden  dar perfectamente en el arte: lo que existe, lo palpable, puede jugar con lo inasible, lo intelectual, lo abstracto, mediante un mundo sugerente de formas extrañas, de rico colorido, tan cercano y realzado por la habilidad manual de la pintora, como lo puede ser un niño o un tablero, un torso o un mueble, temas tan recurrentes para nuestros conocidos hiperrealistas colombianos. El concepto de lo real con el abstracto se funden en una simbología de múltiples recursos expresivos.

De otra parte encontré que la autora había llegado a un lenguaje equilibrado, sugestivo, convincente y su mundo personal era transmitido al espectador con la tersura y suavidad de un colorido brillante en sus telas. Su mundo propuesto, pues, lograba decantarse. Esta afirmación me surgió porque conocí sus balbuceos iniciales, sus pasos afirmativos en su formación académica y sus primeras incursiones por exposiciones colectivas en la capital del país. Me encontré, repito, con un desarrollo verdaderamente grato. El Huila, pensé – y no por un regionalismo decadente-, comenzaba, muy a pesar suyo, a dar un nuevo y vigoroso nombre a las artes plásticas del país, aunque su desarrollo temático no tuviera nada que ver con la realidad de su comarca. ¿ Cuál sería, me pregunté entonces, su próximo paso ?

Esta preocupación por hacer táctil un mundo irreal, de formas cambiantes y sugerentes, ha llevado a Nubia a la búsqueda del movimiento, búsqueda que no es ajena a los artistas que a partir de los abstracto desembocaron en el cientismo y que tampoco es ajena a la historia del arte cuando la geometrización de las formas, a partir del cubismo, devino en movimiento, en su tránsito del futurismo al cientismo.

Evidentemente los caminos que se abrían para Nubia se reducían a dos: o aprovechaba su  habilidad manual para volver a la figura natural dentro del hiperrealismo o profundizaba aún más su teoría y se enrumbaba por una nueva faceta de su desarrollo. Escogió este último, para mí el más difícil. Pero, creo yo, ha logrado salir avante en su empeño. Es, por decirlo de alguna manera, un desarrollo lógico dentro de su búsqueda mesurada de un  camino propio. Posición insólita dentro del esquematismo de que adolece nuestra plástica nacional, de facilismos ansiosos de fama inmediata, y que, a su vez,  configura una posición irreverente en la medida en que asume una posición distinta que se aleja del simple degustar una forma sobre la superficie de un lienzo y se aproxima al intelecto, sin imposición, para que el espectador piense, se conmocione  con la dinámica de sus símbolos.”
Benhur Sánchez Suárez.

Miguel de León. Septiembre de 2010

“La suya es una pintura siempre basada en lo cotidiano; ropa interior abandonada, paquetes sellados, objetos caseros y en esta oportunidad , puertas de tamaño natural, protagonistas de situaciones curiosas. Las piezas son de gran acabado y con una visión tridimensional de los objetos, en donde se aprecia su verdadero proceso creativo. Una obra contemporánea y coherente. Para ello recurre a dibujo fotográfico, hiperrealista,  rastreando la realidad hasta su más delicada definición, intensificando las posibilidades de lecturas múltiples por parte del espectador. En esta oportunidad sus “Sinfonías en Blanco y Negro”  son soportes para el objeto callado, quieto, en búsqueda de una atmósfera expresiva.”

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